Seguro que alguna vez, parado frente a un paisaje que cambia rápidamente, has pensado: “Ojalá pudiera capturar todo esto en solo unos segundos”. Esa sensación de ver el cielo moverse, la ciudad despertar o las estrellas bailar sobre una montaña es algo mágico. Aquí entra en juego una herramienta que convierte el paso del tiempo en una experiencia visual hipnótica: el time-lapse.
Pero lograr un buen time-lapse no es tan simple como dejar la cámara grabando. Hay técnica, estrategia y pasión involucradas. Muchos viajeros se lanzan a intentarlo y se frustran al ver resultados movidos, mal expuestos o simplemente aburridos.
Entonces, ¿te gustaría aprender a crear time-lapses que realmente cuenten una historia visual de tu viaje? En esta guía voy a contarte los trucos, pasos esenciales y consejos para hacer un time-lapse.
5 consejos para hacer un time-lapse
Hacer un time-lapse no es algo que se pueda hacer en cuestión de minutos o que puedas improvisar. No. El primer error que se suele cometer es dejarlo todo al azar. Un buen time-lapse no empieza con la cámara, sino con una visualización.
Lo primero es pensar como un director de cine: ¿Qué historia quieres contar? Tal vez es el ir y venir de los turistas en una plaza, la formación de nubes sobre una cordillera o la transición del día a la noche en un desierto. Esta intención guiará todo lo demás: ubicación, tiempo, equipo y configuración.
Por eso, es importante visitar el lugar unas horas antes, observa los movimientos y el entorno. Imagina la escena acelerada. Esto te ayudará a definir el encuadre y la duración.
Otro error que se suele cometer es hacer un time-lapse con la cámara tambaleando, como si una película de acción se filmase sin estabilizador. Sería mareante e inútil.
Por eso, debes invertir en un buen trípode. No tiene que ser el más caro, pero sí lo suficientemente robusto para resistir viento, cambios de luz y horas de exposición sin moverse. Si viajas ligero, busca uno compacto pero con patas de goma antideslizantes y gancho para colgar peso adicional (como tu mochila).
La configuración de la cámara es otro tema a tener en cuenta. Tienes 2 opciones para configurarla. Una opción manual, y otra opción automática. Las dos opciones pueden funcionar, pero la manual, como te imaginas, te da más control.
A modo de recomendación, deja el ISO bajo para reducir el ruido, el balance de blancos, debe estar fijo y el enfoque manual debes dejarlo fijado sobre el punto de interés.
Si dejas la cámara en automática, puede cambiarte estos parámetros y tener que repetir la escena.
Otro consejo a tener en cuenta es analizar bien el intervalo. El intervalo es la distancia entre cada foto. Y no, no es lo mismo grabar nubes que estrellas.
Yo uso esta guía para intervarlos. Te puede servir a ti también si todavía no has preparado la tuya.
- Personas en movimiento: 1-3 segundos.
- Tráfico urbano: 2-4 segundos.
- Nubes: 5-10 segundos.
- Estrellas o vía láctea: 20-30 segundos.
Para un video fluido necesitas 24 fotos por segundo. Si quieres un video de 10 segundos, necesitas 240 fotos. Sabiendo esto, calcula cuánto tiempo de captura necesitas según el intervalo y esto lleva al siguiente punto.
Conocer la duración del time-lapse es algo vital. Calcularlo no es dificil usando esta fórmula:
Duración del video (en segundos) x 24 = número de fotos necesarias.
No olvides tener muy presente esto para calcular bien el número de foos que necesitas. No será la primera vez que me queda un time-lapse muy corto y tengo que alargarlo de cualquier manera – el resultado te puedes imaginar- o que he tenido que completar con fotografías que no aportan nada a la escena.
Por último, el tema del encuadre. El encuadre es más que estética: es narración visual. Una buena composición hace que incluso una escena sencilla luzca cinematográfica.
Ya he comentado algunas reglas básicas de encuadre y composición, de todas formas, te dejo aqui resumido estos tips para que no los olvides:
- Usa la regla de los tercios.
- Incluye elementos en primer plano para profundidad.
- Presta atención al horizonte: debe estar recto.
El time-lapse es más que una técnica fotográfica: es una forma de transformar la percepción del tiempo y contar historias que de otra manera pasarían desapercibidas. Como todo arte viajero, requiere preparación, paciencia y un poco de experimentación.
Ahora que tienes esta guía práctica, el siguiente paso está en tus manos (y en tu cámara): sal, explora, visualiza y captura el mundo a tu ritmo acelerado.
¡Comparte tus primeros intentos en los comentarios!
